Sasha DiGiulian: girl power para un 8c en una vía de grandes largos

¿Crear una cordada exclusivamente femenina para enfrentarse a una de las vías de varios largos más exigentes del mundo? Esa es la idea que rondaba por la cabeza de Sasha DiGiulian desde hacía tiempo. En septiembre de 2022 el sueño se volvió realidad: Sasha consiguió, junto a Matilda Soderlund y Brette Harrington, realizar una increíble ascensión en libre de Rayu, 8c, en los Picos de Europa.

Rayu es una vía de 8c de 610 metros de los Picos de Europa, en la cordillera Cantábrica. El itinerario incluye 16 largos de entre 7a+ e 8c, principalmente. Iker Pou, Eneko Pou y Kico Cerdá abrieron y encadenaron la vía en cinco semanas en 2020. La vía de grandes largos más difícil que una mujer ha conseguido hasta ahora era de 8c. Es un ascenso que estoy orgullosa de haber obtenido, primero en las Dolomitas en 2013 y después en Madagascar en 2017. Si lo conseguimos, haremos historia con la ascensión de big wall más difícil realizada por una cordada de mujeres.

Un equipo competente para un proyecto ambicioso

Empecé a formar el equipo en octubre de 2021. Sabía que quería construir una cordada compuesta solo por mujeres, porque encuentro inspirador intentar alcanzar objetivos importantes y atrevidos junto a otras mujeres. Me parece que escalar con otras mujeres es reconfortante, divertido y una experiencia basada en la colaboración. Me siento inspirada cuando veo a una mujer hacer algo que es exigente físicamente. Me empuja a ir más lejos.

Lo que aprendí de ese viaje es que una expedición es mucho más que la escalada en sí misma. Como equipo, nos animamos los unos a los otros y, aunque tuvimos conversaciones difíciles, mantuvimos el rumbo comunicando abiertamente nuestros sentimientos. No hubiéramos podido lograrlo sin todo el equipo: Ryan Sheridan, Priscilla Mewborne, Chris Alstrin, Michael Potter y Fran Gonzalez.

La mejor compañera posible

Conozco a Matilda desde hace más de diez años. Como las dos nacimos en 1992, crecimos enfrentándonos en competiciones y nos hicimos amigas al vernos cada año en los Campeonatos del mundo junior. Con 16 años comenzamos a viajar juntas para las Copas del Mundo Adultos y, como entonces era raro que el equipo americano y sueco estuvieran muy presentes, nos llamamos «Equipo Amereden» (por America y Sweden). Íbamos a las reuniones técnicas con los entrenadores de otros países con equipos más grandes, como Austria y Francia. Tras las competiciones, íbamos a las paredes cercanas a escalar juntas. Durante los últimos ocho años, las dos hemos crecido fuera de la competición y hemos empezado a concentrarnos en la escalada outdoor. En 2021, Matilda hizo su primer gran viaje de escalada a Suiza.

En el otoño de 2021, al verlo, le envié un mensaje por Instagram para proponerle hacer un proyecto juntas en 2022. Bromeamos sobre ese viaje que aceptó incluso antes de que le diera más detalles. Entonces no lo sabía, pero para ella era la primera acampada. Fue muy divertido vivir ese momento junto a Brette Harrington, y crear todos esos nuevos recuerdos en ese lugar increíble.

No rendirse, lo principal es no rendirse...

Sé lo que es caerse, pero no puedo preocuparme por eso. Solo tengo que intentarlo. He logrado el primer paso clave y ahora estoy a los pies del segundo. Me he dado cuenta de que todo ese strap en los dedos me quita un poco de adherencia en los agarres, pero me protege de las heridas provocadas por la mordedura de la roca cortante. Comienzo el segundo paso clave, me siento bien al hacerlo, sé perfectamente lo que tengo que hacer. Aún falta el tercer paso clave y después la cuarta y última sección del largo hacia la reunión. Agito las manos en los descansos y noto la sangre brotar de mis dedos bajo el strap resbaladizo.

Oigo a Matilda y a Brette aplaudir desde la reunión de más abajo. Siento que revivo gracias a su energía. Muerdo el strap de los dedos e inserto el dedo izquierdo con profundidad en un pequeño agujero, para tener la máxima fuerza posible. Después tiendo la mano hacia aquel pequeño cristal, pongo el pie en alto y me levanto frotando la roca... y salto. Me engancho en el siguiente agarre, contraigo los músculos abdominales y levanto el pie derecho. Grito para para servirme del dolor punzante que recorre mis dedos para forzar a mis músculos a continuar. Llego por fin al siguiente spit y tengo ante mí la última sección. Al mirar los minúsculos cristales, pienso: no te rindas, ¡ahora no! Encuentra una forma de hacerlo.