En 2023, además de abrir una vía técnica en una cima de más de 7000 m en Nepal, recorrió en total autonomía la costa este de Groenlandia en kayak para abrir un big wall en una cima virgen. Dos expediciones exigentes que le hacen cuestionarse acerca de su necesidad de vivir grandes aventuras.
Para el alpinista de Grenoble, recompensado con un piolet de oro en 2021, esas expediciones son, por sí solas, la pregunta y la respuesta.
Un pretexto para sentirse vivo y experimentar emociones intensas, ya sea durante las ascensiones o al volver a pensar en ellas.
«Me cuesta distinguir la realidad del sueño. Creo que ahí arriba te fusionas con la montaña y las sensaciones que experimentas quedan grabadas en la memoria. Si estoy tan contento es por ver tres años de frustración y fracasos en las cimas del Himalaya convertirse, por fin, en un éxito. Este sentimiento de euforia proviene de diez días desafiando a los elementos en kayaks de mar, cargados con más de 100 kg, para llegar al pie de una pared virgen y conseguir ascenderla. Y, si sonrío, es por haber compartido una cima con personas a las que quiero.»
Esa clase de experiencias solo pueden vivirse si llegas preparado a la pared. Pero, para los alpinistas, no existe competición oficial ni terreno de juego claramente delimitado. En la montaña puede suceder cualquier cosa cuando menos te lo esperas, así que la expresión "estar preparado" pierde su significado.
"Es imposible que entrenamiento y preparación vayan de la mano. Lo importante es saber hacer de todo sin ser excelente en nada, para poder adaptarte si hiciera falta. La mayor parte del tiempo, nuestro entrenamiento se centra, precisamente, en esa capacidad de adaptación.
Cuando te aventuras por un macizo recóndito, no faltan los imprevistos: condiciones meteorológicas, estado de la montaña, motivación y estado de salud de los participantes... Como no está claro que consigas tu objetivo, no te queda otra que adaptarte a condiciones que nunca serán óptimas.
Puede que la palabra Adaptación evoque algo diferente para cada uno pero, para nosotros, los alpinistas, es la clave de la ascensión: se trata de contar con varios ases en la manga y saber cuándo jugarlos. Ahí reside la belleza de la actividad: difrutar de una libertad total, sin reglas ni competiciones, y que el único límite sea nuestra propia imaginación. Adaptarse a cada tipo de ascensión permite descubrir lugares desconocidos y abrirse paso hacia terrenos inexplorados."
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Artículo redactado por Gabriel Cavalier sirviéndose del testimonio de Symon Welfringer.