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Vanessa François: ¡del Cap “a fuerza de brazo” al Grand Cap!

Dos años después de “El cap à bout de bras” en Yosemite en el 2013, Vanessa François consigue un nuevo sueño con la ascensión del Grand Capucin por la vía del "eco de los pastos alpinos" (Macizo del Mont Blanc), acompañada por Liv Sansoz, Cédric Lachat y Fabien Dugit. Esta cara que ya impresiona a tantos escaladores, ofreció ante todo una fantástica aventura humana a esta cordada atípica, y que no deja de ser un bello logro técnico a todos los niveles. Aquí presentamos el relato de esta ascensión explicada por estos escaladores fuera de lo común…

15 Septiembre 2015

Escalada en grandes itinerarios

Vanessa François au Grand Capucin © Bertrand Delapierre

Liv Sansoz, ¡saber transformar la complejidad de un proyecto en una bella Aventura humana!

"Este proyecto del Grand Cap es, ante todo, un proyecto humano que se construyó y realizó con el corazón. Al principio, encontramos las ganas de Vanessa, su determinación para superar sus propios límites, sus sueños de escaladora; después, también están todas las personas que se implicaron alrededor de ella, que dieron su tiempo y su energía para permitir la consecución de este sueño. Y también tenemos ¡los logros técnicos! Los rendimientos de Vanessa para escalar con su técnica de tracción, los de Fabien y Cédric para sortear todas las problemáticas del terreno y permitir a Vanessa progresar y todas las personas que acompañaron a Vanessa para llegar a pie de la pared y gestionar la logística de un proyecto de este tipo… Lo que es mágico en esta aventura: el buen entendimiento de todas estas personas que han puesto sus competencias al servicio del grupo y del proyecto. Cuando existe una sinergia así, las cosas más complejas se pueden realizar con una facilidad desconcertante."
-- Liv Sansoz

Vanessa François au Grand Capucin © Bertrand Delapierre

Vanessa François, la felicidad no tiene palabras

"Tenía ganas de volver a ver la luz del Grand Capucin… Es allí donde nació el proyecto de ascensión de esta cara. Salió casualmente por unas conversaciones, la idea siguió adelante para finalmente encontrar un eco en todas las personas que me acompañaron. Hemos tenido que hacer malabares con los caprichos de la meteorología, las disponibilidades de unos y de otros, la preparación técnica… Pero al final, este sueño tomó forma dentro de una fabulosa aventura humana y hay pocas palabras para traducir toda la emoción que esto proporciona… ¡¡Simplemente felicidad!!"
-- Vanessa François

Vanessa François au Grand Capucin © Bertrand Delapierre

Cédric Lachat y Fabien Dugit, cuanto más complicado es algo, más nos gusta… 

"La dificultad técnica de este proyecto era casi irrealizable, ya que la pared del Grand Capucin no es lo suficientemente desplomada. Después de comentarlo con Fabien Dugit, propusimos a Vanessa acompañarla en su proyecto. Su sueño parecía inaccesible y poderlo hacer posible sencillamente era magnífico. El desafío del reto técnico nos motivó a Fabien y a mí, pero nos necesitábamos mutuamente para conseguir bastante eficacia.

¿Por qué el proyecto parecía tan complicado?

¡El grand Capucin no es Yosemite! ¡El acceso es complicado con grietas por doquier! Era la altitud, lo que podía hacer el ascenso muy duro para Vanessa. Puede hacer mucho frío, nevar, soplar viento, nubes, justo para tener una ventana de buen tiempo, hay que tener mucha suerte.
Había que formar un equipo a disposición de la meteorología y estar listos en su debido momento. Después, Vanessa necesitaba ascender por cuerdas fijas a toda velocidad. ¡Sólo cuenta con sus brazos para salir y no puede rozar contra la pared! ¡Y el Grand Capucin desgraciadamente no es muy vertical! El inicio de la pared empieza con un gran paso inclinado de 150 metros, así que era imposible que Vanessa pudiera ascender.
Bueno, todo esto representaba un bonito desafío. Y cuanto más complicado es, más nos gusta…

Vanessa François au Grand Capucin © Liv Sansoz

La preparación técnica

Empezamos probando diferentes técnicas en la pared de la ENSA en Chamonix. A continuación, con Fab, Liv y los numerosos porteadores ascendimos una primera vez durante dos días para equipar toda la cara con cuerdas fijas. Esto permitía hacer una localización para considerar las diferentes técnicas que utilizaríamos en su debido momento. También el cámara tenía que poder ascender por las cuerdas antes que nosotros para filmar todo en live. Y sobre todo para tener ya cuerdas colocadas para que Vanessa pudiera ascender. 
Al principio la idea era utilizar las mismas técnicas que en Yosemite: una persona escala, fija la cuerda de Vanessa, después detrás todos ascienden con el puño e izan los sacos. Pero pronto observamos que ya que la pared del Grand Cap  no es vertical, esto no sucedería con tanta facilidad. Necesitaríamos mucho más tiempo para ayudar a Vanessa. Es por esta razón que necesitábamos cuerdas fijas con antelación.

Luego, después de esta primera sesión teníamos todo más claro a nivel técnico y es en este momento en que Liv entra en juego. Para mí ella era la mamá. Ha gestionado toda la organización. Creo que nadie es más competente que ella para organizar a un equipo y dirigirlo todo el tiempo en un proyecto tan grande. Había que organizar a los porteadores, tener gente en el lugar para llevar agua, ayudar a Vanessa en el glaciar. Incluso encontró a un piloto de paramotor para llevar a Vanessa sobre el glaciar y bajarla de nuevo. El piloto echó una mano para hacer las imágenes de vídeo aéreas. Había también que encontrar la comida y todo el material para el conjunto del equipo. Creo que si un sólo detalle hubiese faltado entonces todo podía venirse a pique. Liv gestionó todo esto al 100%. Además de ser una súper organizadora, es súper eficaz en la acción. Lo que me ha sorprendido de ella, es su capacidad de conservar la calma y ¡estar zen! Se ocupaba de Vanessa súper bien, una súper mamá… Creo que sólo con Fab y yo hubiese sido mucho más duro para Vanessa en cuanto a comodidad. Francamente, cuando se está cansado y hace frío, ya es duro ocuparse de uno mismo, entonces ayudar a otra persona al 100% no es precisamente sencillo.

Fab, Liv, los porteadores y yo fuimos un día antes que Vanessa para instalar el campamento y hacer las primeras preparaciones en la cara. Liv instaló el campo base, el aterrizaje del paramotor y preparó el material de todo el mundo para el izado.

Vanessa François au Grand Capucin © Liv Sansoz

¡Una tirolina para escalar!

Fab y yo instalamos una tirolina de 170 metros para que Vanessa pudiera evitar toda la primera parte inclinada (una bonita primera en montaña).
A continuación, izamos los sacos y montamos la hamaca.
A la mañana siguiente, Vanessa llegó a pie de la tirolina con mucho retraso, ya que en montaña nada es fácil. De repente, el tiempo para situarla y que ella se reuniera con nosotros en la parte superior de la tirolina de 150 metros de altura, de la jornada ya se había esfumado. Habíamos previsto realizar 60 metros de más en la primera parte de la jornada lo que nos hizo retrasarnos mucho para el día siguiente. 
El primer día fue todavía más complicado de lo que yo podía imaginarme. ¡Nada era fácil! Vanessa podía ascender por la cuerda sin problema pero desplazarla por las repisas era más bien complicado. Fabien y yo teníamos siempre un pequeño plan con las manipulaciones de cuerda para dirigirla… pero todo era muy muy técnico…

Vanessa François au Grand Capucin © Bertrand Delapierre

Al día siguiente, había que realizar un máximo de largos. Diría que todo se desarrolló bien durante esta jornada de ascensión. Vanessa estaba a la altura de nuestras expectativas, pero siempre había imprevistos en los que Vanessa no podía franquear obstáculos. Personalmente, eran mis momentos preferidos, ya que había que sacar las manipulaciones de cuerda complicadas para resolver estos rompecabezas y me encantan (doy las gracias a mi BEES de espeleo). Tuvimos que detener la ascensión a tres largos de la cima, para poder tener el tiempo suficiente para descender a Vanessa y preparar el vivac para la noche.

Al día siguiente por la mañana, nos esperaba una gran jornada para descender todo y desmontar las cuerdas. Con un día más hubiésemos podido alcanzar la cima pero esto es lo que hay, la montaña siempre es una carrera a contrarreloj y hay que aceptarlo. Y como diría Liv, ¡a cada uno su cima! Habíamos alcanzado nuestro objetivo. Creo que Vanesa ha conseguido un sueño magnífico y es muy bonito… Me gustaría dar las gracias a todo el equipo de este proyecto, ya que si un detalle o una persona hubiesen faltado, el proyecto hubiera hecho aguas. Gracias a la fuerza de todos y a todos nuestros colaboradores hemos alcanzado un sueño que se podría creer inaccessible…"
-- Cédric Lachat

Vanessa François au Grand Capucin © Bertrand Delapierre

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